miércoles, 9 de diciembre de 2009

Poema

"Tocar y que nos toquen, además de un estímulo placentero es una necesidad. Nos vamos construyendo como personas en la integración humana, forjando nuestra autoestima y sociabilidad. Las miradas, la expresión facial, la sonrisa, los gestos, el volumen, entonación e inflexión de la voz, su velocidad y claridad...conforman todo un lenguaje que no sólo complementa y enriquece el mensaje oral sino que contribuye un abanico de elementos que marcan las relaciones que establecemos con los demás.

Las manos son uno de los comunicadores por excelencia. La necesidad de que las personas vuelvan a tocarse, de que los afectos más o menos íntimos utilicen para su expresión el lenguaje de las caricias, los abrazos, etc. Tocar y que nos toquen es necesario para nuestra salud física y emocional, y para sentar nuestra autoestima. No sólo deseamos saber que somos queridos, tambien necesitamos sentirlo: ese estímulo sobre nuestra piel ratifica las palabras. Tocar es un arte que se aprende con la práctica, y de ahí que hay que saber distinguir el toque tierno y cariñoso del curativo, del consolador, del que nos transmite seguridad o de ese otro de caracter más íntimo. La rigidez facial, la ausencia de sonrisa, la hostilidad, la falta de apertura y espontaneidad podrian tener que ver con el "hambre de piel". La caricia necesita ser saciada, y así satisfacer y satisfacernos, siempre respetando al otro. Lunay

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