sábado, 26 de septiembre de 2009

De part de Mamare Castelló www.mamare.es

Estimados amigos/as y colaboradores

Mamare Castelló celebra el próximo sábado 3 de octubre de 2009 la VI SEMANA DE LA LACTANCIA EN CASTELLÓN. Para ello hemos convocado una concentración de madres lactantes entre las 11 y 13 horas en la Plaza Santa Clara de nuestra ciudad.

Os animamos a todos a participar y a que nos ayudéis en la difusión de la convocatoria. Os adjuntamos un pdf con un cartel informativo para que podáis imprimir y colgar en vuestros trabajos.

El año pasado nos reunimos más de 500 personas y eso fue posible gracias a toda vuestra colaboración y apoyo. El acto cuenta con la colaboración de la Concejalía de Sanidad del Ayuntamiento de Castellón.

El programa que hemos preparado es:

11 h. Concentración de madres. Distrubución gratuita entre los niños y niñas asistentes del cuento "Pintar la Lactancia"
12 h. Lectura de un manifiesto en favor de los beneficios de la lactancia materna
12.10 h. Actuación del cuentacuentos Salva el Musennacitu.

OS ESPERAMOS

lunes, 21 de septiembre de 2009

Redes 447: El cerebro del bebe


www.Tu.tv


Redes 447: El cerebro del bebe 27-10-07 ....Mas en programastvonline.blogspot.com y vsg71.blogspot.com ...

jueves, 17 de septiembre de 2009

La educación de los niños por Gustavo Martín Garzo es escritor

En una ocasión, Fabricio Caivano, el fundador de Cuadernos de Pedagogía, le preguntó a Gabriel García Márquez acerca de la educación de los niños. "Lo único importante, le contestó el autor de Cien años de soledad, es encontrar el juguete que llevan dentro". Cada niño llevaría uno distinto y todo consistiría en descubrir cuál era y ponerse a jugar con él. García Márquez había sido un estudiante bastante desastroso hasta que un maestro se dio cuenta de su amor por la lectura y, a partir de entonces, todo fue miel sobre hojuelas, pues ese juguete eran las palabras. Es una idea que vincula la educación con el juego. Según ella, educar consistiría en encontrar el tipo de juego que debemos jugar con cada niño, ese juego en que está implicado su propio ser.
Pero hablar de juego es hablar de disfrute, y una idea así reivindica la felicidad y el amor como base de la educación. Un niño feliz no sólo es más alegre y tranquilo, sino que es más susceptible de ser educado, porque la felicidad le hace creer que el mundo no es un lugar sombrío, hecho sólo para su mal, sino un lugar en el que merece la pena estar, por extraño que pueda parecer muchas veces. Y no creo que haya una manera mejor de educar a un niño que hacer que se sienta querido. Y el amor es básicamente tratar de ponerse en su lugar. Querer saber lo que los niños son. No es una tarea sencilla, al menos para muchos adultos. Por eso prefiero a los padres consentidores que a los que se empeñan en decirles en todo momento a sus hijos lo que deben hacer, o a los que no se preocupan para nada de ellos. Consentir significa mimar, ser indulgente, pero también, otorgar, obligarse. Querer para el que amamos el bien. Tiene sus peligros, pero creo que éstos son menos letales que los peligros del rigor o de la indiferencia.
Y hay adultos que tienen el maravilloso don de saber ponerse en el lugar de los niños. Ese don es un regalo del amor. Basta con amar a alguien para desear conocerle y querer acercase a su mundo. Y la habilidad en tratar a los niños sólo puede provenir de haber visitado el lugar en que éstos suelen vivir. Ese lugar no se parece al nuestro, y por eso tantos adultos se equivocan al pedir a los pequeños cosas que no están en condiciones de hacer. ¿Pediríamos a un pájaro que dejara de volar, a un monito que no se subiera a los árboles, a una abeja que no se fuera en busca de las flores? No, no se lo pediríamos, porque no está en su naturaleza el obedecernos. Y los niños están locos, como lo están todos los que viven al comienzo de algo. Una vida tocada por la locura es una vida abierta a nuevos principios, y por eso debe ser vigilada y querida. Y hay adultos que no sólo entienden esa locura de los niños, sino quese deleitan con ella. San Agustín distinguía entre usar y disfrutar. Usábamos de las cosas del mundo, disfrutábamos de nuestro diálogo con la divinidad. Educar es distinto a adiestrar. Educar es dar vida, comprender que el dios del santo se esconde en la realidad, sobre todo en los niños.
En El guardián entre el centeno, el muchacho protagonista se imagina un campo donde juegan los niños y dice que es eso lo que le gustaría ser, alguien que escondido entre el centeno los vigila en sus juegos. El campo está al lado de un abismo, y su tarea es evitar que los niños puedan acercarse más de la cuenta y caerse. "En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos". El protagonista de la novela de Salinger no les dice que se alejen de allí, no se opone a que jueguen en el centeno. Entiende que ésa es su naturaleza, y sólo se ocupa de vigilarlos, y acudir cuando se exponen más de lo tolerable al peligro. Vigilar no se opone a consentir, sólo consiste en corregir un poco nuestra locura.
Creo que los padres que de verdad aman a sus hijos, que están contentos con que hayan nacido, y que disfrutan con su compañía, lo tienen casi todo hecho. Sólo tienen que ser un poco precavidos, y combatir los excesos de su amor. No es difícil, pues los efectos de esos excesos son mucho menos graves que los de la indiferencia o el desprecio. El niño amado siempre tendrá más recursos para enfrentarse a los problemas de la vida que el que no lo ha sido nunca.
En su reciente libro de me-morias, Esther Tusquets nos cuenta que el problema de su vida fue no sentirse suficientemente amada por su madre. Ella piensa que el niño que se siente querido de pequeño puede con todo. "Yo no me sentí querida y me he pasado toda la vida mendigando amor. Una pesadez". Pero la mejor defensa de esta educación del amor que he leído en estos últimos tiempos se encuentra en el libro del colombiano Héctor Abad Faciolince, El olvido que seremos. Es un libro sobre el misterio de la bondad, en el que puede leerse una frase que debería aparecer en la puerta de todas las escuelas: "El mejor método de educación es la felicidad". "Mi papá siempre pensó -escribe Faciolince-, y yo le creo y lo imito, que mimar a los hijos es el mejor sistema educativo". Y unas líneas más abajo añade: "Ahora pienso que la única receta para poder soportar lo dura que es la vida al cabo de los años, es haber recibido en la infancia mucho amor de los padres. Sin ese amor exagerado que me dio mi papá, yo hubiera sido mucho menos feliz".
Los hermanos Grimm son especialistas en buenos comienzos, y el de Caperucita Roja es uno de los más hermosos de todos. "Érase una vez una pequeña y dulce muchachita que en cuanto se la veía se la amaba. Pero sobre todo la quería su abuela, que no sabía qué darle a la niña. Un buen día le regaló una caperucita de terciopelo rojo, y como le sentaba muy bien y no quería llevar otra cosa, la llamaron Caperucita Roja". Una niña a los que todos miman, y a la que su abuela, que la ama sin medida, regala una caperuza de terciopelo rojo. Una caperuza que le sentaba tan bien que no quería llevar otra cosa. Siempre que veo en revistas o reportajes los rostros de tantos niños abandonados o maltratados, me acuerdo de este cuento y me digo que todos los niños del mundo deberían llevar una caperuza así, aunque luego algún agua-fiestas pudiera acusar a sus padres de mimarles en exceso. Esa caperuza es la prueba de su felicidad, de que son queridos con locura por alguien, y lo verdaderamente peligroso es que vayan por el mundo sin ella. "Si quieres que tu hijo sea bueno -escribió Héctor Abad Gómez, el padre tan amado de Faciolince-, hazlo feliz, si quieres que sea mejor, hazlo más feliz. Los hacemos felices para que sean buenos y para que luego su bondad aumente su felicidad".

miércoles, 16 de septiembre de 2009

OTRO POEMA ( de Soraya Alonso)

Una educadora de masje Infantil, Soraya Alonso, de Bilbao, publicó en el boletin nº 35 (07/2008) de AEMI (Asociación Española de Masaje Infantil) un poema maravilloso:

"Hola, he venido a conocerte
sé tu nombre
Pero si me dejas
sabré más de ti
¿Me dejas?
Muchas gracias
Oh! !Qué a gusto estás!
!Qué tranquilo te encuentras!
!Qué contento te encuentras!
!Qué importante eres!
y
!Qué felices somos!
Mi piel, con tu piel
Mis ojos, con tus ojos
Mi corazón, con tu corazón
Mi emoción, con tu emoción
Tu y yo, yo y tú...
Queriéndonos"

Me parece una descripción maravillosa de la comunicación que se tiene en un masaje con tu bebé, hecha con palabras

martes, 15 de septiembre de 2009

La Ternura

No es ternura el fuego de una pasión...
sino la suavidad de una caricia.
No es ternura el oleaje que se desborda...
sino el beso del cielo con el mar.
No es ternura la montaña que nos sobrecoge...
sino la macetita de violeta perfumando en la ventana.
No es ternura lo grandioso...
sino la delicadeza, la insignificancia, el detalle.
No es ternura lo que se da...
sino lo que se refleja y se deja traslucir.
No es ternura el sol que calcina...
sino la luna que embruja...
El fuego que abraza... sino el leño que se consume.
No es ternura lo que sobresale y resalta...
sino el escondite...el beso... la insinuación...
la luz y la rosa.
La ternura es eso que...
vitaliza al viejo...
duerme al niño...
¡y desarma al hombre!
texto: Zenaida Bacardí

POEMAS

POR FAVOR TÓCAME

Por favor, tócame.
Sí, soy tu bebé
Tócame.
Necesito tanto que me toques.
No te limites a lavarme,
cambiarme los pañales y alimentarme,
Acúname cerca de tu cuerpo,
besa mi carita y acaricia mi cuerpo.
Tu caricia relajante y suave
expresa seguridad y amor.
Si, soy tu niño,
Tócame.
Aunque yo me resista y te aleje
Persiste, encuentra la manera
de satisfacer mis necesidades
El abrazo que me das por las noches
endulza mis sueños
Las formas en que me tocas durante el día
me dicen como te sientes.
Si, soy tu adolescente,
Tócame.
No creas que, porque sea casi adulto,
no necesito saber que aun me cuidas.
Necesito tus brazos cariñosos
y tu voz llena de ternura.
Cuando el camino se vuelve duro,
el niño que hay en mí te necesita.
Si, soy tu compañero sexual,
Tócame.
Podrías creer que basta la pasión
Pero solo tus brazos rechazan mis temores
Necesito tu toque de ternura que me da fe,
y me recuerda que soy amado
porque soy como soy.
Si, soy tu hijo adulto
Tócame.
Aunque tenga mi propia familia para tocar
Aún necesito que me abracen mamá y papá
cuando me siento triste
Como padre yo mismo,
mi visión ha cambiado
Y los valoro aún más.
Si, soy tu padre anciano
Tócame.
Como me acariciaban cuando era pequeño.
Coge mi mano, siéntate cerca de mí, dame tu fuerza
Y calienta mi cuerpo cansado con tu proximidad.
Mi piel está arrugada,
pero goza cuando es acariciada.
No tengas temor,
Sólo tócame.


"El poder del Tacto. El contacto físico en las relaciones humanas"
Por Phyllis K. Davis.

LA MARAVILLOSA SENSACIÓN DE SER TOCADO/A

Hoy en día, en la era de la comunicación, parece que se haya olvidado una forma primaria de la misma: el contacto físico.
De hecho si nos tocamos es por obligación, y si alguien nos “roza”, en un transporte público nos apartamos rápidamente y nos desagrada.

Además el estrés y la rapidez es el pan de cada día. A veces si nos golpeamos andando, no nos importa, ni tan siquiera nos fijamos si ha sido con otro ser vivo o algo inerte. Llegamos a casa y resulta que tenemos un nuevo cardenal o algún enganchón en la ropa.

-Comida rápida
-Cocina rápida
-Guía rápida de lo que sea…
-Que pierdo el autobús
-Beso rápido antes de irte (sin casi rozar los labios o la mejilla de la persona amada)

Parece que no nos importe cómo pasa la vida.
Nuestra sociedad inhibe las expresiones de amor y, como resultado, la acción de tocar.
“El contacto físico, no es sólo una necesidad biológica, sino una herramienta de comunicación; es un lenguaje que puede comunicar más amor en cinco segundos que los mejores palabras en cinco minutos”.

parabebes.com

Masaje Infantil y para la Familia